Valentina hermosa, Vale, Val, Valicha, Gelatina, Valentriqui, mi vida preciosa…, te escribo estas líneas por aquí porque no me está quedando de otra, no hablamos desde hace algunos días. Si me lees, no me respondes; si te hablo, siento que no nos estamos entendiendo, y tengo la esperanza de que esto algún día lo leerás, quedará impreso en el papel de hoy lunes 31 de marzo de 2025, quedará también en versión digital y quedará en mi bandeja de hotmail (sí, ya sé que sueno antiguo, hotmail es de viejos... También tengo cuenta en gmail, pero no la uso de puro flojo). Probablemente, no lo leas hoy, ni mañana, ni pasado mañana, menos aún en un mes. Tampoco creo que en un año y quién sabe si, cuando lo leas, a la primera logres descifrar el mensaje entre líneas, pero lo que de todas maneras sí va a ocurrir es que estas palabras en algún momento tendrán sentido para ti y te sanarán. Esta es una carta para el futuro porque entiendo que ahorita no te es posible descifrarla, y está bien, así funciona, así es. Tú estás en donde tienes que estar y yo donde ahorita me necesitas, así no lo entiendas. No estás haciendo nada malo, estás en el proceso de la vida; acabamos de entrar a ese túnel oscuro, a ese callejón donde parece que la luz no nos está acompañando, a ese lugar en donde ya dejé de ser tu papito lindo, hermoso, precioso, maravilloso, salvador, para convertirme en el viejo de mierda jodido, pesado, incómodo. Así es y lo entiendo.

Es necesario esto, lo hago por ti y no por mí… No estoy aquí para hacer lo que quieras, sino lo que necesitas. Estoy siendo lo más responsable que puedo, hasta donde el corazón y la taquicardia me lo están permitiendo, y un poquito más, hasta donde la sensación de vacío en el estómago me lo permita, hasta donde el bulto en la garganta no me ahogue, hasta donde la mirada al vacío no me ciegue, hasta donde el insomnio de estas dos últimas semanas no me convierta en zombi, hasta donde mi amor por ti alcanza…, es........

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