En un rincón olvidado del Perú, donde las montañas se encuentran con el mar y los días se alargan como los sueños de quienes esperan, don Alfonso, heredero de una empresa con promesa de futuro próspero, ahora enfrentaba una competencia feroz y un entorno laboral implacable. Mientras recorría los pasillos vacíos de su fábrica, sentía el peso de los años y la presión de una economía que no perdona. Sus trabajadores, aunque leales, mostraban la lentitud de aquellos que han perdido la esperanza y la productividad, antaño........