La imagen de una bodega destrozada por una explosión, la aparición de granadas por doquier o un ómnibus de transporte público que estalla por los aires son hechos que deberían estremecernos. Al contrario, estamos perdiendo capacidad de asombro, lo vemos como algo cotidiano y llamativo, parecemos resignados al terror, siempre que ocurra lejos de nuestro alcance. La violencia va ganando la batalla a una sociedad sin fuerza colectiva para exigir soluciones al Gobierno y demás autoridades.
Los criminales, paradójicamente, se saben intocables porque cuentan con más recursos que la Policía, obligada a trabajar bajo riesgo y en desventaja. En lo que va de este año, la Unidad de Desactivación de Explosivos (UDEX) registra 108 hallazgos de granadas y 329 intervenciones por material explosivo y artefactos........