21/03/202421/03/2024
En una entrevista concedida a Público en julio de 2020 la antropóloga feminista mexicana Marcela Lagarde habló de violencias, derechos humanos, sororidad y redes de apoyo mutuo y solidaridad social. Lagarde, a la que le debemos la expresión "feminicidio", autora de, entre otros, el excelente y muy conocido libro Los cautiverios de las mujeres, aseguró en esa misma entrevista que el "transactivismo queer" tiene su origen en "un quiebre que hubo en el movimiento hace 30 años". Y continuó: "En aquellos momentos algunas lesbianas se retiraron de las organizaciones feministas y fueron a militar a organizaciones LGTBI sin vínculos con el feminismo. Fueron mujeres huérfanas del feminismo, generaciones de mujeres muy comprometidas que no reconocieron su tradición política. De ahí a lo queer solo hay un paso".
Leo ese párrafo y pienso en Kate Millett cuando, tras publicarse en la revista Time su celebérrima entrevista de 1970, cayó en desgracia ante quienes hasta entonces habían sido sus correligionarias en el feminismo radical. Millett había admitido en esa entrevista su condición sexual. Muchas de sus antiguas compañeras le exigieron que escogiera: feminista o lesbiana. Desde entonces estuvo en el ojo del huracán. Huyendo de la fama y de las tensiones existentes dentro del feminismo, Millett acabó perdiendo, en más de una ocasión, el equilibrio.
Las mencionadas tensiones fueron espoleadas, entre otras, por Betty Friedan, quien confrontó duramente........