El origen de la "solución de los dos Estados" en Palestina y por qué es colonial, injusta e inviable

05/02/202402/02/2024 Reunión en la Casa Blanca entre el primer ministro israelí Isaac Rabin (i) y el líder de la OLP Yasir Arafat (d) junto a Bill Clinton (c) en 1993.- La Casa Blanca Hay que cambiar el diccionario: estamos ante un capítulo más –el más terrible– de una historia de colonización y descolonización

Todavía sigue eludiéndose en numerosos ámbitos. Cabe insistir en que hay que cambiar el diccionario. La clave para entender y abordar el actual genocidio israelí en Palestina es que se trata de un capítulo más –el más terrible– de una historia de colonización y descolonización. Una historia de colonización de asentamiento sionista-israelí que no representa al judaísmo ni a las comunidades judías y que pretende dominar el máximo territorio posible con el mínimo de población nativa palestina posible.

Este proyecto colonial sionista logró un gran triunfo en 1948 con la creación del Estado de Israel y la limpieza étnica de Palestina –la Nakba–, pero no terminó ese año. La colonización, la limpieza étnica y el apartheid prosiguen 76 años después. Como estamos viendo con el vigente episodio de genocidio, el mejor documentado audiovisualmente por sus víctimas y victimarios, la Nakba continúa. Y también los intentos del pueblo palestino de descolonizar su tierra. Y a pesar de todo el dolor, sacrificio y sufrimiento imaginable e inimaginable por parte del pueblo palestino, el proyecto colonial sionista-israelí, basado en proporcionar seguridad y estabilidad a sus colonos y a sus inversiones capitalistas, es cada día más inseguro, inestable e insostenible.

Para colonizar y cometer un genocidio hay que intentar deshumanizar al pueblo colonizado desde el principio hasta el final

Desde sus inicios a finales del siglo XIX hasta la actualidad, los líderes del movimiento sionista y del Estado de Israel, como proyecto vigente de colonialismo de asentamiento, emplearon y emplean el lenguaje racista común a otras expresiones coloniales europeas. Este suele presentar a las personas blancas como portadoras de la civilización y a las personas no blancas como representantes de la barbarie.

El padre del movimiento sionista, Theodor Herzl, escribió en 1896 que el futuro Estado sionista sería: "Una parte del muro defensivo europeo en Asia, un lugar avanzado de la civilización contra la barbarie". Varios años más tarde, Herzl quiso legitimar su proyecto colonial pintando una parte de Palestina de esta manera: "Los campos parecían estar quemados y los habitantes de las negruzcas aldeas árabes parecían bandidos". En 1914, el destacado sionista autodenominado "socialista" Moshe Smilansky manifestó: "Estamos tratando con gente semisalvaje que tiene conceptos sumamente primitivos. Y esta es su naturaleza. [...] Entre los árabes se han desarrollado valores de base [...] [tales como] mentir y engañar".

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Asimismo, el que tres décadas más tarde sería el primer presidente del Estado de Israel, Chaim Weizmann, respondió ante la pregunta de qué pensaba hacer con la población palestina: "Los británicos nos dijeron que allí hay algunos cientos de miles de ‘kushim’ [‘negros’], y que ellos no tienen ningún valor". Weizmann también comentó que "el árabe es primitivo y se cree lo que le dicen". En este marco, aunque fue acuñado con anterioridad, se difundió el eslogan asociado al sionismo de "un pueblo sin tierra para una tierra sin pueblo".

En el penúltimo año de la Primera Guerra Mundial y tras haberse repartido en secreto con Francia gran parte de los dominios otomanos entre Persia y el Mediterráneo (Acuerdo Sykes-Picot de 1916), el Reino Unido incorporó la Palestina otomana al Imperio Británico y mostró su connivencia con el movimiento sionista, aunque de manera ambigua, en la Declaración Balfour de 1917. El poder imperial británico brindó un apoyo estructural fundamental a la colonización de asentamiento sionista y a la segregación (apartheid) de la población colona blanca respecto a la nativa palestina en el marco del Mandato Británico, que se prolongó hasta 1948. La causa sionista había quedado conectada con el imperialismo noratlántico, que, primero dirigido por el Reino Unido y después de la Segunda Guerra Mundial por Estados Unidos, utilizarían el territorio entre el río Jordán y el Mediterráneo como plataforma para su dominio y expansión en una región clave, encrucijada entre África, Asia y Europa.

En la actualidad, hasta el histórico pronunciamiento del Tribunal Internacional de Justicia de la ONU del 26 de enero de 2024 que aceptó la solicitud sudafricana, se declaró competente para investigar y exigió medidas concretas al Estado de Israel para evitar el genocidio, ha mencionado los discursos racistas de deshumanización que han utilizado autoridades israelíes. Como ha ocurrido en otros episodios históricos, la difusión de la deshumanización racista ha constituido un elemento imprescindible, tanto previamente como de manera coetánea, a la práctica genocida.

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Este histórico episodio de resistencia palestina se vio precedido por la lucha guerrillera de la organización al-Kaff al-Aswad, liderada por Izz ad-Din al-Qassam, cuya muerte a manos británicas dio lugar al primer gran mártir de la resistencia palestina y más de medio siglo después inspiró el nombre del brazo armado de Hamás. La Gran Insurrección palestina, coordinada por el Comité Superior Árabe, se inició en la primavera de 1936 con una huelga general que se prolongó durante seis meses, llegándose a convertir en la huelga general más larga hasta ese momento en un territorio colonial. El objetivo palestino era que el Mandato Británico parase la colonización sionista y que se convocasen elecciones democráticas para la formación de un gobierno nacional que condujese a la independencia del país. Casi noventa años después, sigue negándose el derecho de autodeterminación del pueblo palestino.

Fue en este contexto, en el que las autoridades del........

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