marzo 31, 2024marzo 30, 2024 Chuck Norris en 'Los Mercenarios'. - Youtube
Esto de las redes sociales es una maravilla. Gracias a ellas, me he podido dar de baja de todas las plataformas digitales de cine y series, con el ahorro que conlleva. Ahora, para ver violencia policial, en plan Chuck Norris o Harry El Sucio, ya no pago. Buceo un ratito en Internet y enseguida obtengo mi dosis diaria de películas de violencia policial.
Además, es violencia real, no dramatizada. Ver a Denzel Washington agonizar bajo las porras policiales de la Warner Bros puede resultar gratificante. Pero si el negro y el policía son reales y de Lavapiés, y los hematomas y hemorragias no llevan maquillaje ni salsa de tomate, la adrenalina y las feromonas te gotean por la nariz. Es un subidón. Lo sientes más tuyo. Más de tu tierra y de tu cultura. De tu España.
Cité el barrio madrileño de Lavapiés porque el vídeo con mejor realización y efectos especiales que vi esta semana se ha rodado allí, a la intemperie, sin iluminación técnica ni actores profesionales. Sin embargo, es de una elocuente brutalidad policial, muy bien llevada. Pena que el realizador optara por el abuso de la cámara en mano, que quizá diluye la bien lograda sensación de salvajismo. En otra de las escenas, la incapacidad del agente policial para inmovilizar a un negro que no se resiste pierde intensidad cuando otro agente le destruye la rodilla al afro indefenso de un frío porrazo. No se capta bien cómo el negro se estremece. Cómo le sube el calambre por todo el cuerpo.
A pesar de estos defectos veniales, el filme no aburre, el guion es sólido y creíble, invita a la meditación, carece de tiempos muertos (salvo que algún negro no sobreviva), y los protagonistas y el escenario de Lavapiés desbordan realidad. No suelo recomendar películas, pues no........