02/09/202401/09/2024
No hemos resuelto el asunto sobre los límites de la libertad de expresión en las redes sociales cuando estamos debatiendo sobre la imputación y detención en Francia de Pavel Durov, fundador de Telegram, y el cierre de la red social X, antes Twitter, en Brasil por orden del Supremo, y no de cualquier juez, sino de Alexandre de Moraes, símbolo de la lucha judicial contra la desinformación en el país.
El tema de los límites de la libertad de expresión, que a los periodistas nos aterra por razones obvias, sobre todo, porque no todos los políticos y jueces tienen un criterio basado en derechos humanos para tomar las decisiones que les son propias, se ha quedado pequeña frente a las informaciones falsas y manipulaciones que circulan por las redes sociales y que tanto daño hacen a las democracias, por su intencionalidad y por la vastísima difusión que consiguen. Lo de menos, en este momento, parece ser el contenido fake de un tuit o de un canal de Telegram, mientras la preocupación nuclear se va a la intención y la estrategia que amparan los miles de millones de bulos diarios alojados y difundidos profusamente tanto en X como en Telegram, pero también en Tik Tok o Facebook, entre otras.
¿Está Elon Musk, trumpista convencido, detrás de un plan perfectamente organizado mediante algoritmos y otras oscuras herramientas para tratar de convertir las democracias en un sistema que le satisfaga a él y a quien........© Público