El país como cuerpo enfermo: el retorno de una vieja metáfora
En medio de la crisis económica que atraviesa Bolivia y tras el anuncio del levantamiento de la subvención a los hidrocarburos, una parte importante del debate público se desarrolla no solo se desarrolla en el terreno de los números, también en el plano del lenguaje.
En su reciente discurso, el presidente Paz, al justificar esta medida, recurrió a una metáfora ya presente en momentos clave de la historia económica boliviana, como el Decreto Supremo 21060: la de Bolivia como un cuerpo enfermo que necesita ser curado. En su intervención, describió a la nación como “un país profundamente herido” y afirmó, sin rodeos, que “Bolivia está enferma”.
El recurso a esta metáfora no es casual ni novedoso. Cuando se dice que el país está “enfermo”, que requiere un “tratamiento” o que ciertas medidas son necesaria para “sanar a Bolivia”, se está apelando a un imaginario añejo, profundamente arraigado en la historia política latinoamericana. Esta forma de hablar nos retrotrae a los gobiernos liberales de fines del siglo XIX y comienzos del XX, cuando la sociedad era entendida como un organismo y el Estado como el médico encargado de sanarlo.
En ese período, bajo la influencia del positivismo, el liberalismo gobernante concebía los problemas sociales (la pobreza, el “atraso”, el desorden) como patologías. El país aparecía como un cuerpo deteriorado por herencias coloniales del........





















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