El monopolio de la moral

El gobierno de Rodrigo Paz está cayendo en el mismo error que el Movimiento al Socialismo (MAS): leer la economía desde un tribunal moral. No se trata de un exceso retórico, sino de una forma de pensar el poder donde el juicio moral reemplaza al análisis técnico y metódico de la realidad económica.    

Tal como advierten las lecturas sobre el populismo, el problema no es la indignación moral en sí misma, sino la pretensión del monopolio de la moral, la idea de que solo una facción política representa la honestidad, la decencia y el interés común, mientras que los demás encarnan el saqueo, el desfalco y la corrupción. Cuando la arena política se instala en esos términos, el debate deja de girar en torno a las causas estructurales de la crisis, y se convierte en una lucha reaccionaria entre los “puros” y los “impuros”.

En cuestión de semanas, el lenguaje adjetivado y cargado de calificativos de alto impacto ha ganado terreno dentro del gobierno de Rodrigo Paz. El primer mandatario y su entorno repiten con insistencia términos como “robo”, “desfalco” o “saqueo”, no como categorías jurídicas ni conceptos económicos, sino como antivalores que buscan exacerbar la indignación “anti-masista” e instalar una narrativa de ruptura. Y lo están logrando: la cacería de culpables ha........

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