“La presencia de una epidemia en el país indica que falló la vigilancia”. Conversando sobre las arbovirosis en Cuba.

Cuba atraviesa una de las crisis sanitarias más severas de los últimos años debido a una epidemia de arbovirosis que afecta simultáneamente al país con dengue, chikungunya y oropouche. Según datos oficiales y reportes de medios especializados, aproximadamente un tercio de la población cubana ha contraído alguna de estas enfermedades transmitidas por mosquitos, aunque las propias autoridades reconocen que existe un subregistro significativo.

En este contexto, el politólogo y columnista de OnCuba Rafael Hernández realizó una entrevista a dos especialistas que opinan sobre el manejo de esta epidemia y sus consecuencias para la población y el sistema de salud cubano. Ellos son la D.Sc. Silvia Martínez Calvo, especialista en Epidemiología y Profesora Consultante de la Escuela Nacional de Salud Pública, y el Dr. Jesús Menéndez Jiménez, especialista en Gerontología y jubilado del Centro de Investigaciones sobre Longevidad, envejecimiento y salud.

La viceministra de Salud Pública, Carilda Peña, indicó que el mantenimiento de la tendencia bajista de las nuevas infecciones en las últimas semanas lleva a pensar que el brote podría controlarse en el corto plazo. En declaraciones televisivas del 9 de diciembre, la funcionaria señaló que “el país continúa con igual tendencia, por lo que parece que vamos a entrar en más breve tiempo en una etapa de control”.

Chikungunya:

Dengue:

Oropouche:

Según los datos ofrecidos por la viceministra, 71 personas permanecían en cuidados intensivos por dengue o chikungunya. De ellos, diez se encuentran en estado crítico; nueve de ellos son menores de edad.

La cifra oficial de fallecidos se actualizó a 44 personas: 16 por dengue y 28 por chikungunya, con 29 menores de 18 años entre las víctimas.

Datos hasta las 10:00 am del 10 de diciembre de 2025.

¿A qué usted le atribuye las causas de las epidemias de este año? ¿Se trata de algo endémico? ¿No nos queda sino sufrirlo y esperar a que pase?

Dra. Silvia Martinez (SM): Los sistemas de vigilancia epidemiológica existen para evitar que aparezcan brotes epidémicos localizados, o epidemias regionales, o epidemias nacionales; para eso se establece el sistema de vigilancia epidemiológica, que es uno de los cuatro principales usos que tiene la disciplina llamada epidemiología. Si el sistema funciona como debe funcionar, o sea, hace todo lo que está establecido dentro de un sistema de vigilancia exitoso, las epidemias no deben ser frecuentes, deben prevenirse y deben controlarse cuando aparecen. Lo primero es prevenirlas. La epidemiología es predictiva, tratar de atajar, para decirlo con una palabra bien sencilla. Predecir científicamente, no con bolas de cristal.

La presencia de una epidemia en el país indica que falló la vigilancia. Dónde fue que falló la vigilancia es una pregunta que se ha hecho poco. Hay muchas reuniones, análisis, información cuantitativa. He estado esperando siempre dónde falló la vigilancia. No es un delito ni un pecado porque es un sistema, y como todos los sistemas tiene fallas, no son perfectos. Lo que ha sucedido ahora no lo puedo asegurar, porque tengo que revisar lo que falló en el sistema, desde un punto de vista técnico-científico. Pero sí puedo estimarlo con la experiencia de años.

Yo viví completamente, como epidemióloga de una provincia, la epidemia de dengue de 1981-1982. Por lo tanto, aquellas lecciones se me quedaron. Y sí creo que uno de los procesos que pudo haber provocado esto que estamos viviendo es la falla del sistema de vigilancia epidemiológica que debe mantenerse entre etapas epidémicas.

No creo que deba la población sufrir nada; o por lo menos no ser afectados, ni estar siempre sometidos a riesgo.

La salud pública y la epidemiología están para lograr el bienestar de la población, y por lo tanto no hay por qué someterla a ese sufrimiento, a esa enfermedad y a esa muerte. Porque, desafortunadamente, siempre hay enfermos y fallecidos. La diferencia es la cuantía. Aunque estamos para que la población no sufra ningún tipo de daño ni esté sometida permanentemente a riesgo.

Hasta el más simple ciudadano sabe que ese cúmulo de desechos sólidos y a veces hasta líquidos insoportables estaba contribuyendo a eso. Y entonces el vector, que no está perdiendo el tiempo, se multiplicó como se multiplicó. No podía normalizarse vivir frente a un basurero, que viéramos las calles llenas de baches, de agua de albañal, de agua corriente potable, que hasta eso había o hay. Se tenía que haber evitado.

La epidemiología tiene que luchar con los decisores, enfrentárseles cuando toman malas decisiones. Eso es muy peligroso, y por lo tanto la frustración del epidemiólogo está ahí latente siempre. Hay que tener firmes convicciones para poder enfrentarlo.

Con relación a la endemia, que es parte de la pregunta, se mantiene la enfermedad porque se mantienen ciertos factores que la condicionan, definitivamente. Hay enfermedades que van a estar siempre. Es lo que significa la endemia. Independientemente de que tenga una definición técnica bien clara, en la forma más sencilla es que siempre va a estar esa enfermedad. Porque se mantienen las condiciones para que se mantenga.

Por ejemplo, el dengue llegó aquí a Cuba de la forma más violenta. Aquella gigantesca epidemia, que mató a 151 cubanos, generó un proceso de control; se creó toda una campaña antivectorial que no permitía que el Aedes aegypti se multiplicara indefinidamente. Luego vino el déficit de los recursos, los insecticidas, el personal, las carencias, cierta falta de exigencia. De manera que se multiplica otra vez la........

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