Juan Triana Cordoví: “2024 va a ser durísimo”

Cada quince días, desde enero de 2016, el economista y profesor Juan Triana Cordoví, llega a su cita con los lectores de OnCuba. Ocho años después de haber comenzado a publicar su columna Contrapesos, la suma de sus artículos se ha convertido en una amplía ventana para estudiar la historia económica reciente de Cuba en estos años tan difíciles.

Siento mucha admiración por su persistencia como columnista y me alegra haberlo invitado a tener ese espacio. Se puede estar de acuerdo, o no, con cada una de las esquinas y enfoques de sus análisis pero, sin dudas, Triana nos ha ayudado a multiplicar una cultura económica que tanto necesitamos; y ha echado luz sobre muchísimos intersticios de la poquísima y mojigata información económica que manejan políticos y medios de comunicación en Cuba.

Se acaba el año 2023 con el anuncio de un decrecimiento de la economía de entre 1 y 2 %. Pésima noticia. Los hechos de la macroeconomía siguen proyectándose sin clemencia sobre la mesa de los cubanos: la escasez de bienes de consumo y servicios, la persistente devaluación del peso cubano y unos precios insoportables para la mayoría de los bolsillos, son algunos de los síntomas que más impactan la vida cotidiana en Cuba.

Por debajo de esos reflejos, se enmaraña una extensa madeja de distorsiones, desequilibrios, regulaciones caducas o absurdas, inconsistencias en la aplicación de algunas políticas, corruptelas emergentes, indecisiones… Tan complejo es todo que a veces uno se pregunta si lo que se necesita es magia para revertir este entuerto. Pero la magia es pura ilusión, ya lo sabemos.

Para cerrar este año invitamos a Triana a conversar por videollamada durante poco más de una hora que se volvió muy poco tiempo. Al menos pudo hacer un apurado balance de 2023 y ofrecer algunas proyecciones para el año que dentro muy pocos días va a comenzar.

Aunque se declara optimista “por genética”, cuando le pedí describir el 2024 en una sola palabra me dijo, sin dudarlo: “durísimo”.

Yo creo que lo primero que tenemos que hacer es contextualizar el 2023 y cómo se previeron esos objetivos y cómo evolucionó el año. Cumplir esos objetivos era un gran reto para el país, para la economía del país, para el gobierno. Y yo pienso que hubo un grupo de elementos que lógicamente no contribuyeron.

Siempre tendría que decir que uno de esos primeros grandes obstáculos sigue siendo el bloqueo de Estados Unidos sobre Cuba. Eso es indiscutible. Lo sufrimos todos. Nosotros…

No solo las empresas estatales, no solo las empresas del sector presupuestado de la economía cubana, sino lo sufrimos todos. La población lo sufre; lo sufre el sector no estatal, al que también a veces se le complica mucho hacer una operación en Cuba con recursos para Cuba: se le encarecen las operaciones, se diluye muchas veces la intención de hacer algo en Cuba. Entonces, haciendo ese balance, yo te diría que el primero de esos objetivos, que salió como un objetivo muy importante, avanzar en la estabilización macroeconómica, las propias autoridades cubanas, tanto el ministro de Economía, como el presidente, como el primer ministro, reconocieron que no se cumplía. Ese era un fenómeno que ya desde los primeros meses se sabía que iba a ser muy difícil cumplirlo, por lo que implica un programa de estabilización macroeconómica.

El segundo, la consolidación de la reestructuración del mecanismo de asignación de divisas de la economía, creo que tampoco se cumplió. Está reconocido. Hoy Cuba sigue padeciendo un serio problema con el tema de la asignación de divisas.

Está entre los objetivos de este año, incluso, y entre las ideas que planteó el primer ministro: tratar de consolidar un mecanismo que permita una asignación de divisas mucho más adecuada y coherente con la aspiración de crecer en la economía. No se ha logrado eso.

Y yo pienso que el tercero de esos objetivos, que es continuar avanzando en la recuperación de capacidad del sistema eléctrico nacional, sí se cumplió. Aumentó la generación, y yo creo que a pesar de que seguimos padeciendo un déficit, de que seguimos teniendo un sistema electroenergético en una situación muy crítica y sensible, entre otras cosas, por problemas de mantenimiento, de falta de piezas, de vejez de las centrales… Yo creo que al menos se recuperaron capacidades. Yo diría, bueno, no es de la mejor manera en la que pudiéramos haberlas recuperado, porque hubiera sido preferible recuperarlas con energía renovable, pero no es posible.

Además, es muy claro que hacer inversiones en energía renovable requiere también de un tiempo, requiere también de unos negocios donde se pueda recuperar esa inversión.

Es también parte de los objetivos que aparecen. Y las tareas que aparecen para este año, porque definitivamente no se cumplieron del todo.

Yo creo que se hizo un inmenso esfuerzo por avanzar en la reducción de las desigualdades, focalizando algunos programas, pero habría que decir que en el 2023, por lo menos desde mi percepción, tengo datos que lo puedan demostrar, no se logró reducir las desigualdades, sino todo lo contrario. En varios sectores esas desigualdades aumentaron.

Tiene que ver fundamentalmente con este fenómeno de las distorsiones monetarias, de esa devaluación sistemática del peso cubano y de la pérdida de la capacidad de compra de las familias.

Se avanzó, sin lugar a dudas, en el proceso de descentralización. Hay competencias en los territorios, pero queda mucho por hacer. Yo creo que uno de los problemas más importantes que hay con la descentralización de competencias hacia los territorios es con la capacidad que hay desde los territorios para asimilar de manera eficiente esa descentralización y asumir esas nuevas competencias y poderlo hacer de manera eficiente.

Ahí queda un espacio muy grande por avanzar, sin lugar a dudas. Yo creo que haber focalizado los territorios como un elemento importante de esto.

Este proceso de transformación que Cuba es realmente decisivo, pero quiero aclarar que la suma de las partes nunca es el todo. Y lo quiero significar porque se ha hecho mucho énfasis en la descentralización de competencias hacia los territorios, pero es muy importante mantener, sin embargo, esa línea de propósitos nacionales a los cuales todos debemos contribuir, incluyendo los territorios.

Ahí hay un tema, sin lugar a dudas, que es un gran reto, que es ese tema de coordinación entre los propósitos y la necesidad de los territorios y los propósitos y las necesidades a nivel y a escala de toda la nación.

Y lógicamente, reitero, tienen el reto de encontrar personas con suficiente habilidad para poder asumir esa tarea.

El primer ministro señalaba la movilidad que hay en los cuadros de los territorios y es de los mayores retos que hay a nivel de los territorios.

Lo otro es avanzar en la transformación integral de la empresa estatal. Sigue siendo una cuenta pendiente, lamentablemente. Mucho en esa transformación, pero, por ejemplo, ahora en esta asamblea tampoco se discutió la Ley de Empresa. Se ha pospuesto esa discusión nuevamente. Parece que todavía no están totalmente consensuados aspectos específicos de la ley. Yo creo que es algo que no debería demorar. Yo creo que a nuestra empresa estatal le hace muchísima falta realmente una ley que sintetice lo que debe ser una empresa y cómo debe conducirse una empresa estatal en las condiciones de un régimen socialista, que es bien diferente a cómo se puede conducir una empresa pública en un régimen capitalista. Una ley de empresas que dé las facultades que necesariamente tienen que tener las empresas y sus empresarios. Es fundamental para el país.

Siempre digo que parece que la autonomía empresarial es como el horizonte, que avanzamos hacia ello, pero nunca logramos alcanzarlo. Se aleja constantemente de nosotros. La empresa estatal es en definitiva el corazón de esta economía porque se encarga del 97 % de las ventas, asegura más del 85 % del PIB, realiza más del 80 % por ciento de las exportaciones.

Que esa empresa sea lo suficientemente dinámica y pueda convertirse en en ese pequeño motor que empuje al resto de la economía y a todas las otras formas de gestión que no son estatales.

Decrecer en la economía significa que se reduce la actividad económica. En el caso de la economía, crecer y decrecer, bueno, son antípodas, lógicamente, pero hay que analizarlos. O sea, no solo es que la economía global decrece, sino en qué decrece la economía y cuáles son las razones.

Yo te diría, primero que todo, que decrecer es muy malo para la economía. Porque eso significa una disminución de los niveles de actividad. Significa también una disminución de los niveles de ingresos, de los recursos que tienes para enfrentar el año que viene, para, por ejemplo, poder invertir más y crecer más, o para utilizarlo con una vía de incrementar la oferta; o sea, porque no tienes recursos suficientes, no tienes ingresos suficientes.

Entonces, decrecer en este caso, si la economía se contrae, no se dijeron números al final, ¿no? Pero bueno, entre un 1 y un 2%, es una contracción de la economía. Si eso quiere decir que la economía está por debajo de cero, volvemos a números rojos otra vez. Y volver a números rojos, lógicamente, para nada puede ser bueno.

Nosotros venimos de un crecimiento muy alto, o sea, que crecimos casi un 11%, y hemos después intentado ir recuperando la economía con números muy modestos, o sea, 1%, 2%.

Este año se planificó un 3% de crecimiento sobre........

© OnCuba