Divino sacrilegio
Ernán López-Nussa es un músico que juega a combinar lo académico y el jazz con un ingenio y buen gusto verdaderamente envidiables. El sábado 1ro de febrero, en la sala Covarrubias del Teatro Nacional y dentro de la edición 40 del festival Jazz Plaza, fuimos testigos de “Sacrilegios”, una iniciativa del pianista que consiste en improvisar sobre temas del repertorio académico para piano.
Durante la velada Ernán contaba que, cuando era pequeño, solía divertirse haciendo variaciones de sus piezas mientras estudiaba su programa de piano (travesura por la que su madre lo regañaba). Pasaron los años y ahora somos nosotros los que tenemos el placer de disfrutar de este acertado atrevimiento.
El concierto comenzó por la Allemande de J.S. Bach, la primera danza de su Partita no.1 para el clave. A pesar de que me encanta el nombre del proyecto, ya que lo encuentro bastante jocoso, confieso que lo que hicieron Ernán, el baterista Oliver Valdés y el guitarrista y bajista Antonio Guillén con esa pieza, fue todo menos sacrílego. Desde el primer tema disfrutamos arreglos interesantes, improvisaciones inteligentes, sin los excesos que a veces trae el querer demostrar mucho: o sea, solo músicos extraordinarios haciendo buena música.
Se incorporan al escenario la cantante Lara Sprite y el trombonista Jony Castillo para tocar Claxon. Ernán y sus músicos son invitados asiduos del espacio de “cena y concierto” de Fangio, un bar-restaurante ubicado en la azotea del hotel Claxon, y........
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