Nueve poetas juntos en una misma esquina

Los poemas no volaron como palomas, pero una chica y un chico los entregaban amablemente si les pedías uno. Estaban detenidos en la intersección de Corrientes y Florida, a pocas cuadras del obelisco, que no es una columna tan alta como se la imagina el turista, o como debiera serlo para representar a la ciudad de Buenos Aires: ha sido tragado por los edificios, y allí sobrevive, como dando salticos para no ser superado por el tráfago de la hora pico.

Había movimiento de turistas en esa esquina. Un grupo de brasileños se organizan antes de cruzar rumbo a la zona del parque San Martín, que queda en la dirección de la terminal de Retiro, esa zona donde uno encuentra todo lo que es común a los alrededores de una estación de trenes, no muy lejos del puerto. De pronto se escuchó el típico llamado. “Cambio”. Alguien de voz engolada avisaba que estaba allí para cambiar dólares, reales y euros.

Florida es una calle repleta de personas que se ganan la vida en el negocio del cambio de moneda. Hay mujeres y hombres; adolescentes y ancianos. Se diferencian entre ellos por la manera en que se anuncian. Hay verdaderos artistas, como el cantante lírico que sólo dos cuadras en dirección contraria a Retiro vi cantar un aria de Puccini cuando salí del subte. Elevaba los brazos al cielo, que bloqueaba visualmente un moderno edificio, y dejaba escapar su voz. Era la de un perfecto........

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