El mercado cambiario, los nuevos incentivos a la inversión extranjera y el Programa de Gobierno para la economía. El todo y las partes |
Nadie podría negar que la economía cubana ha tenido importantes cambios durante los últimos 10 años. Hoy está caracterizada por una mayor diversidad en sus formas de propiedad y de gestión, tiene mayores niveles de descentralización, más apertura a la inversión extranjera, mayores espacios de mercado, etc. Sin embargo, los problemas más profundos que causan la actual crisis, más allá del duro e innegable impacto de la política de agresión, están aún lejos de haberse transformado en la medida y con la integralidad posible y necesaria.
Recientemente se ha establecido un nuevo intento de mercado monetario, con el propósito de poner bajo control y regulación del Banco Central las transacciones de monedas en el territorio nacional. Algunos de sus objetivos son desplazar la dinámica de los mercados paralelos, actuar sobre la inflación y captar una mayor cantidad de las divisas que por diferentes vías entran al país y que hasta el momento circulan básicamente por circuitos paralelos a una tasa de cambio reportada desde el exterior.
Esta última decisión ha dado lugar a la coexistencia de varias tasas de cambio oficiales, y al establecimiento de espacios de concurrencia diferenciados para los distintos actores económicos, incluyendo a los ciudadanos como individuos.
En realidad, lo nuevo respecto a la situación anterior es la incorporación de una tercera tasa oficial, su carácter flotante y la determinación de los actores que concurren a ella. El diferencial entre las actuales tasas oficiales es enorme: 24, 120 y 410 (esta última se supone bajo flotación permanente, respondiendo al movimiento de la oferta y la demanda y la regulación del Banco Central).
Su funcionamiento como lugar de transacciones tanto de venta como de compra de divisas está sin demostrarse en la práctica; esto último es fundamental porque, mientras así no suceda, los espacios a un mercado paralelo que paga mejor la divisa no se habrán cerrado.
En nuestra opinión, la gradualidad en el avance de estos procesos, hasta su necesaria convergencia en una tasa única económicamente fundamentada, es una necesidad, porque de lo contrario se generarían impactos muy fuertes y abruptos sobre amplios sectores de una población fatigada........