Un nuevo ciclo electoral está a punto de concluir el 5 de noviembre, fecha en que se celebran elecciones presidenciales en Estados Unidos desde 1845, cuando el Congreso decidió hacerlas “el martes siguiente al primer lunes del mes de noviembre”.
Más de 67 millones de personas ya han votado, según el sistema de seguimiento de la votación anticipada de la Universidad de Florida. En 2020 más de 101 millones habían votado mediante esta vía en este punto de la carrera. Hay casi 20 millones más de votos anticipados que en 2012 (46,2 millones) y que 2016 (47,2 millones).
Sin duda ha sido un proceso intenso, polarizado y atípico, caracterizado incluso por sorpresas de última hora. Una de ellas es el hecho de que una mujer negra hija de inmigrantes del Tercer Mundo —en este caso, de Jamaica y la India— haya llegado a lo alto de la boleta después de una crisis de consenso interno del Partido Demócrata ante el temor de que su candidato, el presidente Biden, no diera la talla frente al expresidente Donald Trump después de un debate televisivo en el que hizo un pésimo papel, prefigurado como una segura derrota.
Biden: “Amo este cargo. Pero amo aún más a mi país”
Se ha conviertido en un lugar común aceptar que serán las elecciones más reñidas de la historia a partir del empate técnico que arrojan las encuestas en los siete swing states o estados pendulares —Michigan, Wisconsin, Pensilvania, Carolina del Norte, Nevada, Arizona y Georgia—, aunque con ciertas ventajas internas que, por lo regular, caen dentro del margen de error. Sin embargo, Harris suele tener una ligera preponderancia en las encuestas nacionales —es decir, en el voto popular—, como lo han logrado los demócratas de un tiempo a esta parte en una medida u otra.
Ciertos medios de prensa parecen acomodarse con la aceptación de algunas verdades. De ahí que valga la pena concentrarse en ciertos puntos que se omiten o apenas se mencionan, más con el ánimo de levantar temas/problemas para la reflexión que con el de ofrecer un pronóstico alternativo. Al final de esta carrera llena de sube-y-bajas, entre esos elementos quisera subrayar tres.
Lo que muchas veces no suelen explicitar los medios, cualquiera sea su tendencia, es que en los datos de las encuestas intervienen los de mediciones pagadas por operadores políticos, lo cual inevitablemente introduce un sesgo.
En los estados en disputa,........