En un rincón mágico del altiplano, donde las estrellas brillan como joyas en un cielo profundo, vivía FestDen, el duende. No era un duende común, pues su sombrero rojo y verde no sólo simbolizaba la Navidad, sino también la esperanza y la fe en tiempos de prueba. Era conocido como el Duende de los Mensajes Brillantes, siempre buscando historias que pudieran iluminar corazones cansados.
El año 2024 había sido especialmente difícil para Bolivia. FestDen había observado, desde los rincones mágicos del mundo, cómo las llamas devoraban millones de hectáreas de bosque, dejando tras de sí cenizas donde antes hubo vida. Vio cómo la gente buscaba desesperadamente dólares que escaseaban, y cómo el combustible, vital para el día a día, se convirtió en un tesoro raro. Las plazas y mercados, llenos de bullicio en años........