Próxima a conmemorar los doscientos años de su vida como nación independiente, Bolivia se apresta a afrontar un tiempo que bien puede implicar la continuación o el cierre del lapso de transición política iniciado en 2019 y, en este último caso, la eventual apertura de un nuevo ciclo histórico.
Si con el sociólogo Renzo Abruzzese se reconoce en el ya extenso trayecto del país el ciclo inaugurado por la Revolución Federal de 1899 y el que fue abierto por la Revolución Nacional de 1952, como “dos momentos que contienen un proyecto de Estado y sociedad capaz de organizar el conjunto del aparato político y administrativo en función de una visión y una narrativa históricamente determinada”, cabe entender también que el ciclo nacionalista revolucionario se encuentra en su punto de terminación.
Y el significado de esta situación se aclara con otro aporte que hace este analista, relativo a la identificación de semiciclos, o sea de dinámicas que se dan en el interior de cada ciclo a partir de las fuerzas, ideas y acciones divergentes que se presentan en él, “contradicciones internas” dice el autor, las que sin embargo no modifican lo sustancial de la fase general a que corresponden.
Abruzzese anota que durante el subsistente ciclo del Estado de 1952 se ha tenido cuatro semiciclos:........