El corolario de Trump en el Acuerdo UE-Mercosur y su efecto para Bolivia

Hace pocos días, el gobierno de Estados Unidos publicó su Estrategia de Seguridad Nacional (2025) develando cambios significativos en su política exterior y anticipando un inminente reordenamiento de las dinámicas globales.

El documento reactiva el espíritu de la Doctrina Monroe –“América para los americanos”– mediante el llamado “Corolario Trump”, que coloca a América Latina en el primer lugar de las prioridades estratégicas y económicas de Washington. Europa, que durante décadas ocupó el primer escalón, queda ahora relegada al tercer puesto, detrás del Indo-Pacífico.

Este nuevo orden de prioridades plantea desafíos y oportunidades que deben ser correctamente interpretados para poder enfrentarlos o aprovecharlos, según corresponda.

Para América Latina, esta nueva estrategia significa retornar a una lógica hemisférica de control y vigilancia, donde la estabilidad política, la orientación ideológica y el manejo de recursos críticos estarán crecientemente influidos por la Casa Blanca.

El “Corolario Trump” no solo rechaza la presencia de potencias extrarregionales –aludiendo explícitamente a China–, sino que afirma que ningún actor extranjero debe poseer o gestionar activos estratégicos dentro de la región.

Para países como Bolivia, este giro adquiere una especial relevancia: la presión por asegurar influencia sobre recursos como el litio, el gas o los minerales estratégicos coincide con el inicio del nuevo ciclo político encabezado por el presidente Rodrigo Paz. Esto obliga al nuevo gobierno boliviano a replantear la inserción internacional del país desde un enfoque de mayor prudencia, autonomía y diversificación de alianzas.

No estamos afirmando que la nueva situación conduzca inexorablemente a costos inevitables, pero existen complejidades que........

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