Resignificación de símbolos franquistas

En política, además de las luchas electorales e institucionales, existen también las luchas ideológicas, culturales, sociales, económicas y simbólicas. La lucha simbólica es frecuentemente tan importante como la ideológica y las demás luchas políticas y constituye un complemento necesario por la verdad y por la paz. Cuando la democracia y la paz requieren la modificación de un símbolo, sea físico o no, no se trata de cambiar o no cambiar la historia, sino el significado de dicho símbolo. El mayor monumento franquista de una ciudad es el mal llamado Caídos de Iruña, que no es ninguna prueba ni testimonio de la historia sino un símbolo que significa la exaltación de las ideas y crímenes del bando rebelde.

Los intelectuales del franquismo pretendieron justificar la rebelión desde el primer momento disfrazándola de guerra entre dos partes de la sociedad: nacionales contra rojos; derecha contra izquierda; orden contra comunismo, etcétera. Todo ello para poder sustentar el concepto de guerra civil. Pero no se trataba de una guerra civil. La rebelión protagonizada por Mola, Franco y la mayoría del ejército junto con algunos dirigentes políticos, económicos e intelectuales de sectores minoritarios fueron los causantes criminales de la inmensa mayoría de las víctimas de uno y otro bando. No fue una guerra civil, sino una rebelión militar con ayuda ideológica y militar fascista.

Cabe mencionar aquí la segunda de las novelas de la famosa trilogía de José María Gironella –Un millón de muertos–, que sustentó la tesis de que tanto las víctimas del bando republicano como la inmensa mayoría de las víctimas del otro bando lo habían sido por responsabilidad de los rebelados.........

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