“Está pensando”, se suele decir cuando un ordenador se queda bloqueado, con la ruedita del cursor dando vueltas. Pues bien, el mío debía de creerse Aristóteles o el pensador de Rodin, porque permanecía petrificado durante una eternidad, antes de abrir un documento o una página web. Me he pasado meses soportando estoicamente esa indigencia informática, meses sin avisar al técnico, o sin arrojar por la ventana el meditabundo y desquiciante ordenador. No sé muy bien por qué. En parte por pereza; o tal vez por nostalgia noventera, añorando aquel módem que hacía gorgoritos electrónicos antes de conectarse o las fotos que se iban descargando por........