Estupidez… que no hay que subestimar

Empiezo por el significado: el término estúpido deriva del latín stupidus, del verbo stupere, es decir, asombrar. Su origen, por tanto, no es sólo un significado negativo, sino que se vuelve negativo cuando el estúpido se sorprende ante cada acontecimiento. Si las reacciones que se producen son constantemente de asombro o estupor, acompañadas de expresiones atónitas, es claro que está surgiendo algún problema grave. La incapacidad de reaccionar o elaborar emocionalmente revela niveles de estupidez más o menos preocupantes.

Si penamos que la estupidez es un tema trivial, estamos muy equivocados. Platón fue uno de los primeros pensadores en hablar de ella, dejando a su discípulo Aristóteles la afirmación de que “el asombro y la curiosidad son el motor del pensamiento”. Pero no faltan ejemplos contemporáneos. Por ejemplo, un distinguido economista, Carlo M. Cipolla (que también ha enseñado en Inglaterra y en Estados Unidos), escribió dos libros titulados Allegro ma non troppo y Las leyes fundamentales de la estupidez humana, y solía afirmar que casi siempre se subestima la estupidez humana. Además añadía que sólo el 10%........

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