En 2025, la Unión Europea estará en una encrucijada. Sus decisiones en áreas como la sostenibilidad, la tecnología, la cohesión social y la política exterior definirán su capacidad para enfrentar los desafíos de un mundo cada vez más interconectado y competitivo. Aunque los retos son claros, la UE tiene las herramientas y los recursos para seguir siendo un actor global influyente, siempre que mantenga la unidad y enfoque estratégico.
La UE continuará desempeñando un papel central en el equilibrio de poder global. Su relación con EE.UU. debería permanecer sólida, pero la llegada de Trump a la Casa Blanca, así como las dinámicas cambiantes con China, Rusia y otros actores requerirán estrategias más flexibles. Las tensiones geopolíticas, incluidas las derivadas de la guerra en Ucrania, seguirán siendo un punto focal. La ampliación de la UE podría ganar relevancia, con países como Ucrania, Moldavia y los Estados de los Balcanes Occidentales presionando para acelerar su integración. Sin embargo, las diferencias entre los Estados miembros sobre cómo gestionar este........