Es lunes. Es enero. El viento sopla helado en los desfiladeros del norte. Y la nieve ya blanquea los picos de los alrededores. Hasta el Torino está cerrado. Todo eso unido a mi dolor de cabeza y a mi confusión mental propiamente dicha hace que me pregunte una vez más por el sentido de la vida. No obstante, Lutxo, viejo y reseco endriago de los páramos, ¿tú notas que te engañan? Solo te pregunto si lo notas. Porque casi es mejor no notarlo.........