El concejal Martínez cabeceaba cariacontencido en su ascensión por la calle Curia en el retorno a la Catedral tras la procesión de San Fermín. Con mal cuerpo dentro del Cuerpo de Ciudad. Un abanico arco iris aliviaba su temperatura corporal, embutido en el frac y tocado con la chistera. Nada refrigeraba su contrariedad política. A su derecha atronaban los gritos de “UPN, kanpora”. A su izquierda, el agudo contrapunto de un par de silbatos soplados desde un grupo de personas de esa........