Ha pasado inadvertido, como un momento de zozobra más en la estabilidad del gobierno español. Pero, la pasada semana, el riesgo fue real. Con el circo montado alrededor de las medidas fiscales que in extremis aprobó el Congreso de los diputados, se bordeó el abismo del final abrupto de la legislatura y con él, la convocatoria de elecciones anticipadas.
No sé si todos los que se dicen “socios” del gobierno de Pedro Sánchez fueron conscientes de la circunstancia -a tenor de algunos comportamientos dogmáticos, interpreto que no- pero si el decreto presentado en segunda instancia en la Cámara no llega a ser respaldado (impuesto a las grandes corporaciones como trasposición de normativa europea entre otras medidas), el ejecutivo de Sánchez incumpliría gravemente su previsión de ingresos y la senda de déficit pactada con la Comisión Europea. Y este organismo le requeriría una nueva senda de déficit y medidas de ajuste adicionales que imposibilitarían el presupuesto. Sin él, la legislatura se acabaría repentinamente con el horizonte espantoso de abrir de par en par la puerta de la Moncloa al populismo extremo de Núñez Feijóo, quien ya se frotaba las manos con tal circunstancia.
Pese a que el panorama se presentaba tan desolador, una parte de las formaciones políticas que sustentan al ejecutivo de Sánchez, no dudaron en jugar a la ruleta rusa con propuestas y planteamientos dogmáticos que estuvieron a punto de hacer zozobrar la embarcación de gobierno. Medidas ideologizadas y extremas que si bien marcaban perfil a los proponentes alejaban del acuerdo a otros susceptibles socios del gobierno, rompiendo una mayoría necesaria, que no lo olvidemos, Sánchez debe cuidar y cultivar, como bien dijera Urkullu, con todos y en todo momento.
Es decir, que mientras Bildu, Sumar o Podemos politiqueaban y sacaban pecho por imponer condiciones progresistas o acordes a sus planteamientos “de izquierdas”, tales exigencias imposibilitaban el consenso de otras formaciones como Junts o también el PNV que en ningún caso respaldarían semejantes reivindicaciones.
Conseguido un acuerdo mínimo en relación con el impuesto a la banca, el empecinamiento de algunos se centraba en la........