Hablaba hace muy poco y en este mismo medio sobre el Tren de Alta Velocidad, llamada y conocidas así mismo como la Y vasca, por eso de la figura que completarían los raíles entre Donostia, Gasteiz y Bilbo, como nudo clave transfronterizo entre la Aquitania de Francia y la Castilla de España. Habla hace muy poco sobre su retraso injustificado a todas luces en lo que se refiere a la Comunidad Autónoma Vasca y Navarra. Decía, y digo, que hay temas y situaciones que como el Guadiana aparecen y desaparecen periódicamente con una cadencia exasperante por decisiones unilaterales de los diferentes gobiernos de España. Situaciones que se cronifican sin que se sepa a ciencia cierta la razón política última. Euskadi, la Y y el respeto ha sido el título elegido, aunque afirmaba que quizás sería más acertado hablar de falta de respeto. Falta de respeto. Sí. Me explico y para ello creo que es bueno y necesario que hagamos un poco de historia, al menos brevemente, lo estimo como oportuno. Veamos, las primeras relaciones entre Aquitania y Euskadi vienen de muy lejos, y de la mano de EAJ- PNV. Hace unos 34 años, Aquitania (Iparralde, no nos olvidemos está ahí ubicado) y Euskadi firmaron un Protocolo de Cooperación para hacer frente a los crecientes problemas de movilidad y transporte transfronterizos existentes. Posteriormente, allá por 1992, se firmó otro Convenio de Colaboración en el campo de las infraestructuras ferroviarias, y ello por diversos motivos, entre ellos definir el enlace ferroviario Dax-Gasteiz como parte del tramo Madrid-Gasteiz-Burdeos-París. El objetivo era realizar un estudio para abordar la problemática del transporte y la movilidad, establecer la labor logística a realizar por las dos administraciones en materia de impulso de la red de infraestructuras de Euskadi y Aquitania, apostar decididamente por la intermodalidad e implementar una nueva línea ferroviaria transfronteriza mixta de “Altas........