A favor de un nacionalismo vasco, el de EAJ-PNV, que dice sí a la vida, al diálogo, al respeto y que niega el no, la muerte, el insulto, la estéril confrontación y la incomunicación. A favor de un nacionalismo vasco tolerante, no excluyente, entero, íntegro e integrador, solidario, sujeto a crítica y autocrítica. A favor de un nacionalismo vasco de rigor, exigencia y vigilancia. Por un nacionalismo dialéctico que busca y anhela el abrazo de los vivos y no de los muertos como escribió aquel. A favor de un nacionalismo de solución, salvación, salida y futuro para este Pueblo. Por un nacionalismo vasco no violento, pero sí firme, de guante de terciopelo y puño de hierro, democrático, pero no ingenuo, optimista pero no iluso, para vivir y convivir, activo y colaborador, civilizado y científico, digno de nuestros mayores y digno de nuestros descendientes. Digno de aquellos que murieron en la guerra defendiendo la libertad y el autogobierno de Euskadi. Digno de los que cayeron en la postguerra, de los que fueron encarcelados, perseguidos, torturados y fusilados. Digno de este milenio y de la ciudadanía. Digno del progreso, historia y democracia.
A favor de un nacionalismo vasco que nos mantenga como Pueblo, colectividad con voluntad de perdurar, algo más que promesa, sueño, utopía, disciplina, organización, estructura, ideología, programa o orilla sin puente. Algo más que horizonte lejano y espuma perecedera, que parte de los hermanos Arana, Luis y Sabino, y que es seguido por otro Luis apellidado Elizalde, sin olvidar los Kanpión, Aitzol, Lauxeta, Lizardi, Kizki-tza, Irujo,........