Por lo menos

Hay gente que se queja de que el TAV siga sin llegar aquí. Yo sufro poco por ello. Sí, soy de los que piensan que los beneficios que –no lo pongo en duda– pueda traer el Tren de Alta Velocidad no compensan el altísimo monto económico que supone su construcción y, sobre todo, el fuertísimo impacto ecológico que conlleva en nuestro suelo. Para saber de lo que hablo basta con una vuelta de pocos kilómetros por la muga entre el Alto Deba........

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