Generación encapuchada, no educada |
Colombia llega a la recta final del gobierno de Gustavo Petro con una realidad dolorosa: una juventud frustrada, desorientada y empujada a grafitis y capuchas.
Lo que pudo ser una era de oportunidades terminó convertido en un campo minado de promesas incumplidas, programas fallidos y políticas que, lejos de abrir puertas, las cerraron de golpe.
La crisis del Icetex es quizás el símbolo más claro de este fracaso: 200 mil jóvenes quedaron sin posibilidad de estudiar, mientras las cuotas de los créditos educativos se dispararon sin explicación.
En pleno siglo XXI, el mérito volvió a ser un privilegio, no un camino.
Mientras el acceso a la educación se hacía más difícil, el gobierno apostaba por proyectos improvisados como Jóvenes en Paz. No solo no redujo la violencia: terminó alimentándola. De allí salió, por........