30 de octubre 2024 - 03:07
Me siento estafada, triste y decepcionada. No he cruzado ni una sola palabra con Íñigo Errejón y no termino de entender por qué me está afectando tanto descubrir que un político de tantos, al que admiraba, sí, no es lo que parecía. Será su cara de niño; será lo que dice mi madre, que siempre pensó que “era gay y no un baboso a la vieja usanza”; será que soy de pueblo y me arrastra esa feliz ingenuidad de creer que hay buenas personas y que “no todos son iguales”. Incluso cuando llegan a las esferas del poder.
El juez acaba de abrir diligencias penales contra el diputado de Sumar y ya nos advierten de que vamos a escuchar “historias terribles”. Soy bastante buena anticipándome en los thrillers de Netflix (imagino que influye mi pasado........