Un modelo envejecido, con políticos envejecidos
“No hay de qué preocuparnos: la inversión extranjera seguirá llegando al país y registra niveles históricos en el Gobierno de la Cuarta Transformación porque México tiene una situación económica excepcional”, estas palabras las pronunciaba hace pocos días el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, mientras llevaba adelante una de sus habituales mañaneras (conferencias de prensa conversadas) y presentaba la carta que estaba por enviar al candidato estadounidense Donald Trump. Unos días antes, también anunciaba que “el rescate de Petróleos Mexicanos ayuda a la economía popular al reducir en términos reales el precio de las gasolinas y el diésel. Está muy bien Pemex, vamos muy bien. Nada más imaginen que antes, cuando llegamos, el 75 por ciento de la gasolina que consumíamos, la teníamos que comprar en el extranjero y ahora estamos produciendo ya el 75 por ciento de lo que consumimos. (…) Pemex ha sido rescatada como empresa pública, como empresa de todos los mexicanos; fue una hazaña lo que se logró”.
En la carta ahora ya enviada al expresidente/candidato Trump, López Obrador le confiere el trato de “amigo”, le expresa su solidaridad por el atentado sufrido y a continuación le aclara, con “sinceridad y respeto”, algunas afirmaciones hechas por el exmandatario en la última Convención del Partido Republicano. Le........
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