Hablemos del amor

La columna de hoy no está inspirada en la canción que en la década de los años sesenta del siglo pasado popularizó Raphael, aunque ciertamente tiene relación con la temática que aborda. Es más bien una reflexión acerca del amor en sus diversas dimensiones y su presencia en el mundo o, tal vez, acerca de la falta de amor que lo aqueja, sobre todo cuando hay energúmenos como el “carnicero místico de Pando” que, volviendo por sus fueros, acaba de confesar que los bloqueos y el accionar del MAS necesita de muerte, sangre, dolor y luto, así sean provocados por los mismos masistas, o el otro que quiere darse el gusto de poner el último clavo al ataúd del kirchnerismo con Cristina Fernández adentro.

Erich Fromm, el gran psicoanalista, psicólogo social y filósofo humanista alemán, considera que el amor es un arte y que, como tal, requiere conocimiento y esfuerzo; no es una sensación placentera, cuya experiencia es una cuestión de azar, algo con lo que uno “tropieza” si tiene suerte. Dice, en “El arte de amar”: “El amor es un poder activo en el hombre, un poder que atraviesa las barreras que separan al hombre de sus semejantes y lo une a los demás; el amor lo capacita para superar su sentimiento de aislamiento y separatidad, y no obstante le permite ser él mismo, mantener su integridad. En el........

© Los Tiempos