La policía política de Fernando VII, el "germen" de Marlaska

En ocasiones el subconsciente nos juega malas pasadas pero no es habitual que esto suceda en un grupo de personas cuya capacidad de raciocinio, aunque sea para el mal, se les supone. Que, escuchados los altos mandos policiales, el ministro del Interior Grande-Marlaska proponga —y el ministro Bolaños disponga— que el momento fundacional del Cuerpo Nacional de Policía se produce con la Real cédula por la que Fernando VII ordena la creación de una policía política es un artificio desconcertante. Además de un desprestigio para los funcionarios del CNP.

Los Cien Mil Hijos de San Luis, procedentes de Francia, habían entrado en España el 4 de octubre de 1823. Restablecieron el Absolutismo, acabó el Trienio Liberal y comenzó la Década Ominosa y con ella la persecución de los constitucionalistas que le habían cantado al rey el trágala.

El monarca crea una policía para su protección. Lo hace porque la anterior "se limitó a precauciones proporcionadas a las circunstancias tranquilas en que se hallaba la Monarquía; pero estas precauciones serian hoy estériles e insuficientes…". Por ello, "arregla" una que debe "indicarme los medios de reprimir el espíritu de sedición, de extirpar los elementos de discordia" (Real cédula por la que Fernando VII ordena el establecimiento de la Superintendencia General de la Policía del Reino,13 de enero de 1824).

Esa policía política impedirá "la entrada, circulación y lectura de periódicos, folletos, cuadros satíricos, caricaturas u otros cualesquiera papeles o estampas en que se ataque mi Persona o regalías, o........

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