No salgo de mi asombro. ¿Qué más nos puede pasar como españoles, como nación, como patria, como entidad constitucional incluso como unidad de destino si se quiere? Tras asistir en directo a la charlotada de consenso del catalán supremacista de genes andaluces; a la larga callada del gobierno (Marlaska, Robles y Sánchez mudos); a la sumisión genuflexa de un Illa, que rima con mascarilla, desde el primer día de su mandato; a la inepcia teatral por politizada de su policía; al mirar hacia otra parte de todo el aparato de seguridad del Estado, a las traiciones ya por la cara, impúdicas, gratuitas… pregunto: ¿Qué más nos puede pasar?
No es que haya pasado poco desde que este peligro público que es Pedro Sánchez –para su partido, para España y para las naciones de nuestro entorno– llegó a nuestras vidas por la incompetencia y la desmoralidad de un Rajoy incalificable, cada vez más con el tiempo. No es menester hacer una relación rigurosa y exhaustiva de fechorías para darnos cuenta de que si España como nación soberana e inteligente existe, o está anestesiada o ya no tiene fuerzas para seguir adelante.
De Jorge........© Libertad Digital