El nuevo oasis catalán

La presidencia de Salvador Illa parece tener efectos balsámicos sobre la política catalana, esa excrecencia de la política nacional cuya principal aportación al común es la inseguridad jurídica, la inestabilidad institucional y la vulneración sistemática de los principios y las leyes de la democracia. Han pasado poco más de cien días desde que tomó posesión y tanto Puigdemont como Oriol Junqueras ocupan un relativo segundo plano mientras Illa se expresa como un diligente guardés de la finca nacionalista. Después de los años críticos del procés, Cataluña y su administración requieren grandes obras de restauración y una gestión conservadora, sin las delirantes y letales aventuras de personajes como Artur Mas, Carme Forcadell y los antecitados........

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