Para entrar en las listas al Parlamento de los partidos de izquierdas hay que ser de familia con posibles, las únicas que pueden permitirse financiarle a la prole carreras absurdas de la rama de Humanidades y cuando consiguen acabar los estudios, 10-12 años después, seguir manteniendo a sus zanguangos mientras hacen carrera en las categorías locales del partido repartiendo propaganda, rellenando asientos en los mítines y pegando carteles. No es fácil llegar a diputado socialista y mucho menos aún ejercer el cargo con dignidad porque, con Sánchez al frente del cotarro, no hay indignidad en la que no ordene chapotear a su infantería parlamentaria al menos un par de veces a la semana.
El papel más vergonzoso corresponde a los diputados socialistas de las regiones más atrasadas, que votan a favor de todas las medidas que enriquecen a las oligarquías........© Libertad Digital