Concluye la serie del profesor Mariano Yzquierdo acerca de los argumentos y contraargumentos sobre la Ley de Amnistía. El índice es éste:
Por último, vayámonos ya del mundo del Derecho, que siempre resulta algo críptico. Esta quinta entrega necesita un tono menos técnico. Aunque solo sea un momento. Aquí el autor ya no es propiamente un Catedrático de Derecho, sino solo un jurista cabreado.
La cursilada de "la agenda del reencuentro" y la pedantería de "la hoja de ruta de la concordia" es el argumento más repetido. Llevamos escuchando al líder supremo cosas como eso de que "hay que actuar con unidad, solvencia y determinación", con el objetivo de contribuir "al avance social, la convivencia, la estabilidad institucional y el diálogo entre diferentes". En la carta que cada uno y cada una tenían sobre la mesa del multitudinario Consejo de Ministros y Ministras se encontraba como prioridad la de "avanzar en la agenda de reencuentro para garantizar la convivencia", en referencia a su plan para pacificar el conflicto entre Cataluña y España. "Trabajaremos sin descanso para seguir fortaleciendo la convivencia en esta España abierta, diversa y plural, (…), haciendo de la diversidad territorial un factor de cohesión para superar la confrontación y el enfrentamiento que tanto daño han causado". Desde luego, el pastel rezuma melaza por los cuatro costados.
Vayamos por partes. Quien afirma que trabajará sin descanso para "fortalecer la cohesión territorial" y "con la máxima coordinación entre departamentos" es el Presidente de un Gobierno que dice que se enmarca "en la mayoría de ejecutivos en los países del entorno". Eso dice, si bien no creo que sea capaz de encontrar un solo país de ese entorno con Gobiernos nutridos de pactos con independentistas, con grupos que llevan un buen número de condenados por terrorismo en sus filas o con ministros que dicen con orgullo ser fans de Lenin. Es el mismo sujeto que dice —y concluiré la sarta de frases repipis y petulantes— que "el reencuentro solo........© Libertad Digital