El enunciado de hoy no pasa de ser uno de tantos refranes que circulan en el decir de las gentes, como si de verdades dogmáticas se tratase. Y viene al caso porque no son pocos los que pontifican sobre galgos y podencos, desconociendo el comportamiento más elemental de los canes.
Dicho lo cual, señora ministra de trabajo, señora vicepresidenta, qué necesidad tiene usted de proliferar en iniciativas políticas, de las cuales, algunas, son rechazables de plano, y otras, no pasan de ser ocurrencias de un mal sueño.
La última exigencia, porque usted no pide, sino que exige, es que se apruebe una subida histórica del IVA sobre la sanidad y la educación privadas. Comprendo que la ideología puede, según y como, turbar nuestra mente, pero, ante todo, usted es........