La contraposición del título no es nueva. Tampoco es nueva su disyuntiva, que muchos plantean como si de una opción neutra se tratara: "¿Regulación o mercado?", cuando, los avances en regulación implican retrocesos en el mercado.
Lo hago, además, con absoluta convicción, por diversas razones, pero esencialmente por dos de ellas: una, porque, Dios creó al hombre libre, tanto, que hasta permitió que pudiera ofenderle desobedeciendo sus mandatos –recuerden el árbol de la fruta prohibida que no debían comer–.
La libertad está inserta en nuestra dignidad inalienable, titular de todos los derechos humanos, que ningún mortal puede negar, ni tampoco conceder. Renunciar a la libertad, más aún, renunciar a la dignidad es tanto como renunciar al carácter de persona. ¡Cómo rechazamos la esclavitud!
La otra razón deviene de........