Atribuir a error el marasmo de incoherencias en las leyes aprobadas por el Congreso de los Diputados durante las legislaturas presididas por Pedro Sánchez, es una forma de mirar para otro lado, evitando preguntas engorrosas; nadie es responsable del presunto error, y nadie admite su incompetencia.
La frecuencia de estos errores, signo de ignorancia, sugiere una pregunta: ¿Por qué no asegurar, en pruebas ad hoc, que los candidatos a Diputados, que podrán ser elegidos, desempeñarán su función con suficiencia y plena solvencia? Si lo que se llama error, no es otra cosa que incompetencia, no para leer, pues quiero creer que todos pueden más o menos hacerlo, sino para comprender lo leído, no suponiendo que el texto significa una cosa – la publicitada –, cuando realmente significa otra.........