Antes de entrar en materia, necesito preguntar a los lectores, para resolver mi ignorancia, si saben qué hacía nuestro presidente Sánchez en Davos (Suiza), la semana pasada. Quizá, lo mismo que anteayer en Navantia Ferrol, dirán; publicitarse.
Es habitual que cuando una persona relevante, en política, en empresa… estrena un cargo sobresaliente, se afane en viajar, con o sin motivo, para dejar atrás el anonimato, y se le identifique por el cargo que ostenta, sea cual fuere.
Este principio quiebra en el caso del presidente Sánchez, que tiene agotado el Falcon –un viaje cada dos días–, y a todos los que implican los viajes presidenciales.
Esta situación me resulta a todas luces extraña, porque, con los años que lleva viajando, debería odiar cualquier desplazamiento, prestándose a ello, sólo, cuando no........