Begoña, mi Ley

No tiene trono pero presume de reina y se cree más que el rey. Es el marido de Begoña, nada menos. La ley.

Begoña valió cinco días de silencio, mentiras, fingimiento y absentismo de un presidente del Gobierno del reino de España. Ahora Begoña requiere disculpas nacionales. De la prensa, de la empresa, de la política y hasta de Argentina. Begoña desagraviada. La B del BOE es en realidad de Begoña porque ella es Oficial y es del Estado, cuando no el Estado en sí mismo.

Es poder ejecutivo, legislativo y judicial. Es ley de leyes, institución suprema digna de preservar. Es todo eso y más. Pero necesita abogado porque su manera de hacer o facilitar negocios es, como poco, irregular y compromete nada menos que a España. El "caso Begoña" existe, mal que le pese a la pareja, y se está investigando con todas las garantías que ofrece lo que queda de un Estado de Derecho.

Juan Carlos Peinado, el juez que ha admitido a trámite la querella contra la esposa del presidente, ha denunciado ya las "frecuentes e inusuales visitas" del fiscal del caso al juzgado. Ya intentaron desacreditar al juez por distintas vías. Primero lo acusaron de "colaborar" con la APM, como si eso fuera un delito, y después investigaron su entorno hasta encontrar a una hija concejala del PP en un ayuntamiento madrileño.

La SER vio en todo ello motivos más que suficientes para inhabilitarlo. Pero lo obsceno y mafioso de la maniobra no surtió efecto y Sánchez parece que ha optado por su estrategia favorita, la que denunciábamos aquí la semana pasada: el "pues ya está". Y el fiscal se ha........

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