Desde que Sánchez pagara con impunidad su investidura a Puigdemont, tienen tal tamaño los desmanes de su Gobierno que, de tanto en tanto, salta la noticia de una posible revuelta en el Grupo Socialista, donde algunos diputados podrían no votar las felonías que propone el jefe. El último en alimentar este espejismo ha sido José Luis Ábalos, encorajinado después de que Óscar Puente le sacudiera con un informe de su factura del que resulta, ¡qué sorpresa!, que el que fuera ministro de Transportes es el responsable de la trama Koldo.
El Congreso quizá rechace la reforma de la financiación autonómica para otorgarle a Cataluña la ansiada soberanía fiscal, pero no será porque ningún socialista, da igual que sea........