En las democracias, los gobernantes se dirigen a los gobernados con discursos en el Parlamento y a través de ruedas de prensa que permiten a los diputados de la oposición y a los periodistas, en nombre del pueblo, replicar y repreguntar al presidente. Los dictadores prefieren comunicarse con los súbditos sin intermediarios, con alocuciones televisivas o entrevistas alfombra para que el ciudadano no tenga ocasión de preguntar. Las cartas que ha tomado por costumbre dirigirnos el presidente responden a esa misma lógica. Son propias de dictadores, aunque Sánchez no lo sea. Pero, ya que no podemos impedir que nos las dirija, al menos podría tener el detalle de publicarlas a primera hora de la tarde para que el........