Nunca habrá un estado palestino

Toda la política-ficción occidental en torno al conflicto entre israelíes y palestinos se levanta sobre la solución de dos estados como una suerte de bálsamo de Fierabrás que solucionará todo. En el momento en que los palestinos tengan estado propio, llegará la paz en el mundo. Puede que hasta Putin decida sacar a sus soldados de Ucrania, contagiado del espíritu de concordia que reinará en el universo conocido, y se retire a una dacha a pasear a caballo con el torso desnudo, fíjense lo que les digo. Pero esta ensoñación tiene dos problemas: los palestinos nunca han querido la paz ni hay previsión alguna de que la vayan a querer y, después del 7 de octubre, la sociedad israelí tampoco está muy a favor. Dos no acuerdan si ninguno de los dos quiere.

Los árabes que viven en los territorios palestinos no son étnica ni culturalmente diferentes de los árabes que viven en Israel ni de los que viven en Jordania ni, en general, de casi ningún pueblo árabe. De hecho, a nadie le extraña que el encargado de dotarles de un sentimiento nacional articulado, Yaser Arafat, naciera........

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