Se lo diré de sopetón: Sánchez es capaz de amañar una asonada militar fallida con tal de evocar, mediante los fantasmas de un golpe militar, la maldad genética de la derecha en el inconsciente colectivo. Considérenlo un disparate, una metáfora si quiere, de su falta de límites, pero estamos ante un sujeto capaz de todo. Y cuando digo capaz de todo, digo de todo, incluido aquello que jamás podríamos permitirnos imaginar.
El problema no está en que él sea capaz, sino en nuestra incapacidad de imaginarnos el alcance de su maldad. Como no pudimos imaginarnos que convirtiera el CIS en un mentidero a su servicio, indultar a los golpistas catalanes, que acabara con el delito de sedición en el Código penal, amnistiara a sediciosos y malversadores, o vendiera a trozos la soberanía nacional a sus enemigos con tal de tener mayoría en el Congreso para seguir en el poder. En cada uno de esos pasos, ningún español en su sano juicio se imaginó el siguiente. Y sin embargo, ninguno de ellos le preparó racional y emocionalmente para digerir el siguiente. Hasta que llegó la legitimación del mundo aberzale de ETA, la disminución de penas, junto a su descaro y desprecio a las propias víctimas y al sufrimientos de cientos de miles de vascos condenados al miedo y al exilio. No descarten tampoco la amnistía total al terrorismo etarra en nombre de la futura confederación plurinacional como solución a las heridas históricas de un Estado opresor de pueblos. Paso previo para llegar a la IIIª República con él como Jefe de Estado. ¿Quién mejor que él para los enemigos de España? No descarten que sea ese su plan para perpetuarse en el poder.
Concluyan ustedes, para completar su atrevimiento, todos los pasos dados para colonizar las instituciones, y la........