Esta pregunta ocupa el centro de la escena política. Su respuesta exige indagar no tanto en las cloacas del Estado, parte fundamental en todo lo que hace este Gobierno, cuanto en el papel clave que siempre desempeñaron en España las sociedades secretas. Éstas tuvieron siempre un fuerte influjo en la política interior de España. La simple mención de este asunto nos trae a la memoria tristes y trágicos sucesos de nuestra historia reciente. La Primera y la Segunda República llegaron y, sobre todo, se mantuvieron con sus apoyos. México y, poco más tarde, Rusia fueron, en el inicio del siglo pasado, arquetipos de países revolucionarios dirigidos por ese tipo de oscuras sociedades. La fundación y desarrollo del Partido Comunista, especialmente en la URSS, cuyo único objetivo fue, y sigue siendo, eliminar el Estado-Nación, eje principal de toda sociedad civilizada, no se concibe sin el secretismo y la oscuridad de su Comité Central. Las tinieblas de las sociedades secretas infunde en el espectador normal repugnancia estética no vencible, como diría el genio de todos los heterodoxos de España.
Pero están ahí y, aunque nos provoquen asco, deben ser estudiadas e historiadas. Y eso es lo que hacen los buenos periodistas y reporteros, como es el caso de David Alandete en su libro La trama rusa, un estudio serio y........