Rarezas

Rarezas

El completo desconocido. Bob Dylan siempre fue, es, un tío raro. Era raro en sus maneras, en sus modos, en sus manías. Era tan raro que ya de jovencito inventó una forma nueva de cantar, una especie de letanía que escupía frases diciendo lo que pasaba por la cabeza de los jóvenes de los sesenta. Un juglar delgaducho que se convirtió en el primer cantautor global de todo occidente, a pesar de él mismo. Bob Dylan podía haberse quedado viviendo de las rentas hasta hoy sólo con los himnos que hizo en la primera mitad de los sesenta. Pero como es un marciano y más raro que un perro verde decidió cambiar de marcha y, ya que se ponía, de coche completo. No sé si somos conscientes de lo que suponía atreverse a dejar de ser el trovador de una generación entera, para montar una banda y convertirse en un rockero impenitente. Es como si a principios de los ochenta, Joan Manuel Serrat hubiera dejado de cantar «Mediterráneo» y de adaptar poemas de Miguel Hernández y hubiera montado un grupo de rock con cuatro amigotes y con él al mando de la guitarra eléctrica, después de dejar la acústica a la basura. Tal........

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