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Venezuela y la Armada de la última esperanza

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16.12.2025

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El 10 de diciembre de 2025, la dictadura chavista tuvo un pésimo día. No había llevado tantos golpes desde el 28 de julio de 2024, cuando Nicolás Maduro tuvo que robarse la elección presidencial, al ver que 70% de los venezolanos que dejó votar apoyaron al único candidato de oposición que dejó competir. 

Este 10 de diciembre, se celebró la entrega del Nobel de la Paz a María Corina Machado, mientras ella escapaba de Venezuela, humillando al estado policial al que se le escondió por año y medio. Al mismo tiempo, un escuadrón de marines tomaba en el Caribe uno de los tanqueros que burlan las sanciones para llevar crudo venezolano a Cuba. 

Mientras el mundo volvía a hablar de su fraude electoral, Maduro se encontró con que le será ahora muy difícil pagarle al aliado que vigila a los militares venezolanos para que no se rebelen. La toma del tanquero ha sido la agresión más directa al régimen desde que EEUU empezó a desplegar destructores, un submarino, el mayor portaaviones del mundo y decenas de aviones de combate mientras declaraba terrorista al Cartel de los Soles, la mafia militar venezolana cuyo jefe, según el gobierno de Trump, es Maduro. 

Desde septiembre, buques y aviones de guerra estadounidenses rozan el espacio venezolano, pero sólo disparan a civiles: las tripulaciones de esas lanchas que supuestamente llevan droga, y que en algunos casos zarparon de Venezuela. Donald Trump no ha prometido desalojar a Maduro del poder. Pero pocos le creen que semejante despliegue sea solo para desintegrar traficantes con misiles sin fórmula de juicio. 

La conversación internacional sobre estos eventos está contaminada por la propaganda trumpista y chavista, como cabía esperar, pero también con varios sesgos periodísticos. En EEUU, se tiende a reducir la historia a una guerra inventada por Trump para distraer a los estadounidenses de sus propios desmanes; en Canadá y Europa occidental, a una agresión imperial contra una nación soberana que flota en petróleo. Muchos ven Venezuela como un nuevo Irak o Afganistán, cuando no tiene nada en común con ellos. Pocos recuerdan considerar a los verdaderos protagonistas de esta historia: los venezolanos en Venezuela. O hablan por ellos, que no pueden hablar, justamente porque viven bajo una dictadura capaz de condenar a alguien a veinte años de cárcel por un tuit. 

Un viejo matrimonio de conveniencia

La relación........

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