UNAM: el funcionario suntuario
Celebré que el rector de la UNAM, Dr. José Narro Robles, criticase a la institución que preside, y que ordenase a los funcionarios ahorrar recursos limitando el uso de teléfonos celulares, automóviles, gasolina, gastos de representación y otros lujos.
El asunto se relaciona con la paradoja que aceptó el rector José Sarukhán hace veinte años cuando habló de la necesidad de “academizar” a la UNAM. Se reconocía que en la UNAM conviven el conocimiento y sus reglas con diversas formas de poder político (y sus propias reglas). Se entendía que en la UNAM hay una pugna con un poder no académico, pero capaz de “desacademizar a la academia”. Los usos políticos y partidarios de la universidad la “desacademizan”, pero también lo hace la preeminencia del interés de los funcionarios sobre el desinterés de los académicos.
El dispendio aludido es un ingrediente........
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